lunes, 6 de julio de 2009

Resultados de las elecciones

El domingo 5 de julio se llevaron a cabo las elecciones intermedias en México, es decir, se eligieron diputados federales, y en el Distrito Federal se eligieron a delegados y diputados locales. Los resultados de dichas elecciones tienen varias lecturas, a destacar es el regreso del PRI al conseguir la mayoría dentro del congreso y cinco gobernaturas, además de la estrepitosa derrota del PAN y PRD.
El hecho de que el PRI haya obtenido esta victoria se debe a muchos factores. El primero a considerar es la ineficiencia del PAN en el gobierno federal, donde no se han visto resultados palpables de su llamada guerra contra el narcotráfico, ya que cada día se suman más muertos; su incompetencia de cumplir sus promesas de campaña, empleo, además de un mal manejo de la crisis económica (no es pretexto que la crisis venga de afuera, ya que ésta sólo acentuó las deficiencias estructurales de nuestro modelo económico como nuestra dependencia de la economía estadounidense); su ineptitud para llegar acuerdos políticos dado el ambiente de confrontación que el mismo PAN propició desde las elecciones de 2006, e incluso utilizó la misma estrategia de denostar al adversario, lo que le llevó al rechazo de los electores cansados de este tipo de campañas. La arrogancia del PAN no les permitió ver la necesidad de llegar a acuerdos, en su lugar se dedicaron a confrontar y acentuar las divisiones, lo que llevó a que estén en esta situación.
El PRD en vez de consolidar las victorias obtenidas en el 2006, como el PAN, desperdició ese capital político en una interminable serie de luchas internas que sólo desgastaron al partido y proyectaron la imagen de un partido dividido, con prácticas clientelares, corrupto y con la imposibilidad de llegar acuerdos internos que lo beneficien. La campaña del PRD fue pésima, sus propuestas de los años ochenta, es decir, obsoletas para una realidad diferente a la de esa época, con un presidente del partido que no une, ni convoca, resultado de una elecciones llenas de opacidad. Además este presidente se pone como eje central de la campaña con miras a proyectar posiblemente su candidatura al 2012, pero este mismo presidente, Jesús Ortega, carece del carisma necesario para convencer a electorado, que insistió en exponerse y exponer a una niña en spots que realmente sólo lo hacían caer mal. Al PRD le afectó demasiado sus divisiones internas, los conflictos no resultos por sus elecciones internas que proyectaban la imagen de un partido conflictivo y dividido, pero también afectó el hecho que no supieran ser una oposición propositiva y un contrapeso para el gobierno. Si la izquierda quiere ganar necesitan unirse y dejar su sectarismo, pero también renovarse y modernizarse en sus propuestas y en el manejo de sus campañas.
El PRI es el ganador de las elecciones, con la idea de que ellos si saben cómo gobernar a diferencia del PAN, con un voto duro que siempre estará a su disposición y las prácticas clientelares que vienen reproduciendo desde hace décadas. El PRI gana no por sus propuestas, sino por una añoranza de cierta parte de la población por una forma de gobernar que consideran que, aunque con corrupción, es efectiva al gobernar y dar soluciones a ciertos problemas, y este hecho en sí es preocupante, nos habla de una sociedad que no ve al futuro sino al pasado, quiere encontrar las respuestas a sus problemas en el pasado, aunque este no haya sido el mejor. El PRI fue el que nos dejó todo este sistema clientelar, los sindicatos charros que no ven por el beneficio de sus agremiados, la corrupción en todos los niveles de gobierno, a lo mejor estos elementos fueron funcionales al sistema hace sesenta años, pero ahora son una traba para el desarrollo del país. El que el PRI haya ganado no es cuestión de orgullo, sino de preguntarnos ¿cuándo podremos salir de nuestra miseria?, ¿cuándo realmente el ciudadano podrá intervenir en la toma de decisiones? El proceso de democratización se ha estancado, incluso el que haya ganado el PRI es un retroceso, pero también debemos considerar la falta de memoria de las personas que piensan en el PRI como una opción, todo esto nos habla de nuestra falta de cultura política, de informarnos, de cocientizarnos.
¿Qué país queremos? Uno estacado en prácticas corruptas, autoritarismo, opacidad en la administración pública, inequitativa distibución de la riqueza. El PRI no ha cambiado, sólo supo aprovechar las fallas del PAN y el PRD, él sigue manteniendo los mismos usos y costumbres de antaño (embarazo de urnas, amenazas a opositores, cacicazgos en las estado).
La anulación de voto se incremento el cien por ciento, de 3% paso a 6%, signo de la incoformadad de una parte de la ciudadanía con el sistema político en su conjunto. Ojalá, el moviento por el voto nulo se llegue a consolidar como un movimiento a favor de reformas democráticas y un cambio en la estructura política del país.
Estas elecciones nos dan a refleccionar sobre el futuro del país. El presidente ha quedado en una posición muy precaria, con un margen de acción muy estrecho, es decir, ha quedado a la merced del PRI, toda posible reforma el PRI se la adjudicará y sacará provecho de eso. El presidente y su equipo debe reconocer que su estrategia de confrontación fracaso, e incluso ahora les resulta perjudical, ya que posiblemente el PRI le cobrará las facturas de la campaña sucia.
La autoridad encargada de vigilar las elecciones, el IFE, nunca cumplió su papel, ni hizó cumplir la ley electoral. Estas elecciones estuvieron llenas de irregularidades, campañas sucias, pero el IFE no hizo nada y sólo menoscabo a la misma institución y ayudó a nuestro retroceso en el proceso de democratización. En vez de ser el arbitro que viera que las campañas electorales fueran limpias, los partidos pasaron sobre su autoridad, e incluso se cometieron muchas irregularidades como la decisión del Tribunal Electoral en favor de SIlvia Oliva a menos de una mes de las elecciones, que permiten suponer una serie de acuerdos en favor de ciertos personajes para perjudicar a otros, que son molestos para el sistema.
El caso de Iztapalapa sólo confirma la serie de iregularidades, Rafael Acosta del PT, alias Juanito, ganó las elecciones con el apoyo de Clara Brugada, arrebatándole la delegación a la familia Arce. Según el tribunal, Silvia Oliva había ganado las elecciones internas del PRD, pero ¿cómo es posible que Clara Brugada y Juanito hayan podido ganar la delegación, si la mayoría apoyaba a Silvia? Parece que es un enigma de la democracia. Pero No replantea la actuación de las autoridades electorales y nos cuestiona sobre los avences democráticos en el país.

1 comentario:

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